El sorpresivo despido de Sam Altman, CEO de OpenAI, sacudió el mundo de la inteligencia artificial. La decisión fue impulsada por diferencias entre Altman, quien buscaba acelerar agresivamente el desarrollo de la IA, y la junta directiva, que prefería un enfoque más cauteloso. La situación se agravó con la reciente conferencia de desarrolladores de OpenAI, donde se anunció una nueva forma para que cualquier persona pudiera crear sus propias versiones de ChatGPT, lo que según fuentes exacerbó las tensiones internas.
¿Qué es lo que se sabe acerca del imprevisto despido de Sam Altman?
Altman fue informado de su despido en una reunión de Google Meet con la junta directiva, excepto Greg Brockman, cofundador y expresidente de la compañía, quien también fue degradado pero decidió renunciar. La junta alegó que Altman no había sido suficientemente franco, obstaculizando su capacidad para llevar a cabo sus responsabilidades.
Reacciones y consecuencias
El despido, no comunicado previamente a socios clave como Microsoft, generó sorpresa y desconcierto. Altman, en una declaración, expresó su cariño por el equipo de OpenAI y aludió a posibles acciones legales en caso de irregularidades.
Transición de liderazgo
Tras el despido de Altman, Mira Murati asumió como directora ejecutiva interina. Murati, una ingeniera con cinco años en el liderazgo de OpenAI, es reconocida por sus grandes esperanzas en la IA y su capacidad para manejar desafíos complejos.
Negociaciones para el retorno de Altman
En un giro inesperado, se reveló que OpenAI está negociando el regreso de Altman como CEO. Este movimiento sugiere una posible división interna y una reacción a la inestabilidad generada por su despido. Altman, en caso de volver, buscaría cambios significativos en la gobernanza de la empresa.
Presiones externas y futuro incierto
Informes indican que Microsoft y Thrive Capital, importantes inversores en OpenAI, están ejerciendo presión para el retorno de Altman. Además, empleados de OpenAI han amenazado con renunciar si Altman no regresa. Satya Nadella, CEO de Microsoft, ha expresado su descontento con la situación y la falta de estabilidad interna en OpenAI.
