
Con la crisis del coronavirus (Covid-19) son cada vez más las empresas que han establecido diferentes modalidades de trabajo, buscando proteger sus equipos humanos de la propagación del virus y mantener la productividad laboral.
En este contexto, el teletrabajo ha sido la medida que más se ha repetido en las empresas, el cual consiste en el desempeño de la actividad profesional sin la presencia física del trabajador en la empresa durante toda o una parte importante de su horario laboral. Sin embargo, este cambio obligado implica importantes desafíos y no está exento de dificultades, especialmente en países como Chile, donde las culturas organizacionales son más bien tradicionales.
Al respecto, un estudio de la empresa de reclutamiento Robert Half Chile señaló que casi el 90% de los encuestados está a favor de trabajar desde su casa, teniendo como principales argumentos un mayor equilibrio entre vida-trabajo (36%) y una mejor calidad de vida (35%).
Para Karina Pérez, directora de Robert Half Chile, para que el teletrabajo funcione y rinda los frutos adecuados, es necesario considerar ciertos aspectos antes de decidir cambiar las jornadas tradicionales por sesiones desde un lugar remoto.
“El principal desafío del teletrabajo es que cada integrante de un equipo sea capaz de realizar su función al máximo de sus capacidades, basado en la autodisciplina. No hay un jefe dando vueltas ni ojos encima de tu trabajo. Eres dueño de tu tiempo, pero cargas con la responsabilidad de tener que cumplir con las tareas que están a tu cargo”, señaló Karina Perez.
Agregó que, para tener éxito en este desafío, se requiere de una cultura de desempeño, donde los resultados son la base de todo. En la medida que la empresa tenga objetivos claros y los trabajadores los conozcan y asuman como propios, las oportunidades de éxito serán concretas y alcanzables.
Pero para que el teletrabajo sea una opción eficiente, los objetivos que cada trabajador debe cumplir para que la empresa alcance sus metas son muy importantes. Para eso, es clave que cada profesional sepa claramente qué tiene que hacer, cómo se va a medir su labor y cuál es la importancia del éxito individual para el grupo.
“El error más común es determinar el trabajo a distancia sin definir claramente qué tiene que hacer cada trabajador, lo que lleva a progresos y cumplimiento de tareas poco claros, falta de enfoque individual y grupal y, como consecuencia, un mal desempeño”, afirmó la directora de Robert Half.
Por otro lado, al no estar juntos físicamente, pueden ocurrir situaciones de falta de comprensión, descoordinaciones y otros hechos que pueden perjudicar el desempeño individual y del equipo. Para eso, es necesario promover una comunicación constante y la comprensión de todos los trabajadores sobre la duración de la jornada diaria y la disponibilidad para recibir y responder los mensajes de manera oportuna.
Finalmente, el escenario mundial y local ante la crisis provocada por el brote de coronavirus está generando una serie de complicaciones y desafíos de todo tipo, y el ámbito laboral y productivo no es la excepción. Sin embargo, el teletrabajo presenta una alternativa real y efectiva para hacerle frente. La clave es considerar estos factores para asegurar la continuidad y la productividad.