
Bobi le arrebató de las manos el Récord Guinness al perro más viejo del mundo a Spike, un chihuahua de Ohio, tras demostrar que alcanza las tres décadas de vida. Es, sin dudas, un animal privilegiado y sus dueños no pueden estar más felices de tenerlo a su lado. En DUPLOS te contamos su historia.
Se trata de un can en Portugal que, luego de que Spike fuese noticia por ser considerado el perro más viejo del mundo a sus 23 años, apareció para reclamar su corona. Es un Rafeiro do Alentejo puro, una raza de perros guardián que tiene una esperanza de vida de entre 12 y 14 años. Bobi los supera ampliamente y con orgullo.

Tal como pudo constatar Guinness, Bobi tiene 30 años y 266 días, convirtiéndolo así en el perro más viejo del mundo, superando al anterior dueño del título, que abandonó este mundo con 29 años y 5 meses. Se trataba de un boyero australiano llamado Bluey.
La historia de Bobi
Según cuentan sus dueños, el can nació en un pueblo rural de Conqueiros en Portugal y fue parte de una camada donde lo acompañaban otros tres machos. La familia había decidido entonces que no podían hacerse cargo de más animales, por lo que estuvieron a punto de enterrarlo, como era “habitual”.
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Esa trágica suerte la corrieron sus tres hermanos, pero él estaba escondido y seguía vivo. Los hermanos de la familia decidieron quedárselo y cuidar de él a escondidas de su padre. Hoy, tras haber saludado a la muerte desde lejos, se trasforma en el perro más viejo del mundo.

Con sus tres décadas en el lomo, tiene dificultades para caminar y su vista no funciona de maravilla, pero es feliz rodeado de amigos felinos y durmiendo junto al fuego en invierno. Creció en un “ambiente tranquilo y pacífico”, algo que, según su dueño, es lo que lo llevó a vivir tantos años.
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