El príncipe Harry confesó haber usado gas de la risa en el nacimiento de su primer hijo

    El duque de Sussex no pudo mantener la calma en el nacimiento de Archie y recurrió al gas de la risa destinado a su mujer.

    El príncipe Harry confesó haber usado gas de la risa en el nacimiento de su primer hijo
    El príncipe Harry confesó haber usado gas de la risa en el nacimiento de su primer hijo

    Los secretos revelados en el nuevo libro del príncipe Harry, En la sombra, parecen no agotarse. Además de destapar verdades ocultas de la corona británica, el duque de Sussex utilizó su obra como una especie de diario íntimo, donde incluyó un sinfín de intimidades y detalles de su vida privada hasta entonces desconocidos. Hoy te contamos uno de ellos.

    Esta nueva intimidad, que ya ha visto la luz tras el lanzamiento del libro el pasado 10 de enero, tuvo lugar en lo que fue la previa del nacimiento de su primer hijo, Archie, que llegó al mundo el 6 de mayo de 2019 en el Hospital Portland de Londres.

    “En la sombra” libro del príncipe Harry

    En sus memorias, Harry relata cómo salieron a escondidas de su casa de Frogmore Cottage, en Windsor, hacia el recinto hospitalario. Al llegar, comenzaron las complicaciones: Pasaban los minutos y Meghan no entraba en labor de parto, por lo que debían inducirlo.

    En ese desafortunado contexto, Harry confesó que usó gas de la risa, que se administra a las mujeres en Reino Unido y otros países para aliviar los dolores del parto. “Vi dos formas de ‘optimizar’ aquella tranquilidad. Una: pollo del Nando’s (traído por nuestros guardaespaldas). Dos: una botella de gas de la risa junto a la cama de Meg. Le di varias caladas lentas y profundas”.

    Archie, el primer hijo de los duques de Sussex

    Harry el embarazado

    Pero el cómico momento no se acabó allí. Cuando Meghan comenzó a sufrir contracciones y la enfermera se dirigió a administrarle más gas de la risa, notó que ya no quedaba más. ¿El culpable? Ni más ni menos que el príncipe Harry. Entre la risa de todos en la habitación, el duque de Sussex admitió que fue su culpa.

    La familia de Meghan Markle y el príncipe Harry.

    A Meghan, por su parte, no le quedó más opción que meterse en una bañera y escuchar música relajante, mientras Harry colaboraba colocando velas eléctricas y una foto enmarcada de la princesa Diana en una mesita.

    Finalmente, hubo final feliz: Meghan recurrió a la epidural como método analgésico y comenzó el trabajo de parto para, dos horas después del nacimiento de Archie, estar de vuelta en casa.

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