En el pasado, el camino para convertirse en CEO implicaba con mayor frecuencia obtener los conocimientos técnicos adecuados, habilidades de gestión brillantes y un historial sólido y exitoso de gestión de recursos.
Sin embargo, a medida que han aumentado las obligaciones y los retos del CEO, también lo han hecho sus requisitos en materia de competencias. Ya no basta con dar por sentado que alguien con una buena formación en gestión será capaz de cumplir las expectativas y gestionar el cambio como CEO.
Los CEO’s de hoy en día se enfrentan a muchos retos diferentes que requieren muchas competencias distintas. Los CEO necesitan las competencias necesarias para ayudar a sus organizaciones a transformarse digitalmente, ser más sostenibles a raíz del cambio climático, satisfacer las expectativas de la sociedad y mucho más. Sin embargo, esto no es todo, porque incluso si un CEO tiene las habilidades para hacer frente a los retos actuales, el ritmo constante de cambio y la posibilidad de futuras perturbaciones significan que sus habilidades también tienen que mantenerse al día con lo desconocido. La mayoría de los CEO’s actuales cree que tendrá que reinventar su empresa en el futuro, y el 40% considera que su organización no será económicamente viable en la próxima década.
Por eso necesitamos líderes que aprendan, con una mentalidad curiosa y abierta, además de tener un hábito de aprendizaje continuo que les permita aprender cosas nuevas rápidamente según sea necesario.
Hay habilidades que no se aprenden fácilmente en un aula o a través de un MBA. Las habilidades blandas y de “poder” ocupan un lugar destacado en la lista de prioridades de las empresas que buscan a su próximo CEO — y con razón. A los CEO’s se les pide que sean motivadores, oradores, emocionalmente inteligentes, con conocimientos financieros y capaces de desenvolverse en entornos rápidos, volátiles e inciertos. Tienen que ser innovadores, con capacidad para ver más allá del horizonte.
Participar en una serie de oportunidades de aprendizaje permitirá a los líderes desarrollar habilidades desde diferentes ángulos, profundizando sus conocimientos en algunas áreas y ampliando sus experiencias en otras. En la práctica, podría tratarse de un líder que lea y escuche podcasts con regularidad, al tiempo que participa en tutorías inversas y oportunidades de aprendizaje entre iguales con otros líderes del C-level de su organización.
Dedicar tiempo y energía al aprendizaje les equipará para ser líderes eficaces, capaces de aceptar lo que les depare el futuro.
Columna de David Blake, CEO de Degreed.
