Tras largos 14 años de matrimonio, fue hace menos de una semana que la noticia del divorcio golpeaba a todos los medios de comunicación y, sobre todo, a la pareja. Ahora, luego de su separación con Paula Pavic, Marcelo Ríos se pronuncia por primera vez y habla de su nuevo presente.
Sus primeras palabras fueron en una larga e íntima entrevista con La Tercera, en el marco de los 25 años de haber alcanzado la cima del tenis mundial. Pero, además de abordar su carrera profesional, habló de los aspectos más personales de su vida, como su residencia en Estados Unidos y su rol como padre.
Evitó, a toda costa, mencionar su separación. “Me gusta la vida que tengo, la tranquilidad que estoy viviendo en Estados Unidos, estar con mi familia, poder compartir cosas que no tuve tiempo de compartir cuando jugaba y no tener que tener horarios como antes”, expresó.
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“Yo hago cosas mías y me gusta hacer cosas que a mí me entretienen. Trato de estar con ellos en las tardes y jugar con ellos. Tengo seis hijos, lo paso la raja, nunca estás solo”, dijo. Sin dudas, su familia es ahora su mayor prioridad y está disfrutando a pleno de su vida. “Trato de hacer cosas que me gustan. Si un día no tengo ganas de hacer algo, no lo hago y trato de disfrutarlo”.
Marcelo Ríos habla de la paternidad
Para él “tener trillizos fue súper complicado. Que hayan nacido tres fue complicado, pero fue bonito”. “Me considero un padre entretenido, que no he cambiado en nada. No soy un padre normal, mi vida no me ha hecho ser normal y ellos lo tienen bastante claro y lo agradecen. Me ven más como un amigo que como un padre. No ando poniendo reglas”, reveló.
Sus hijos no van al colegio de forma normal, sino que estudian desde casa. “El colegio te enseña, pero hay muchas maneras de ser exitoso en la vida. No solo el colegio. Pierdes tiempo en gimnasia, música, en cuestiones que a ellos no les llama la atención”, contó.
Para cerrar la entrevista, se refirió a si mismo en tres duras palabras. “Hijo de puta”. “Soy hijo de puta con la gente que me hace daño”, sentenció. ¿Habrá sido un palo para su exesposa? De momento, no lo sabemos.
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