A más de un año de pandemia, los episodios de estrés en nuestros adolescentes sin duda han aumentado. Temores como contagiarse o que algún miembro de la familia lo haga, “que el Covid no termine nunca” o “que las cosas no vuelvan a sentirse normales”, son de los más comunes entre los más pequeños del hogar.
Al respecto el psicólogo John Duffy, especializado en trabajo con adolescentes, padres, parejas y familias en Chicago, compartió con CNN cómo ha sido su trabajo terapéutico con jóvenes en este tiempo. Asegurando que muchos de sus pacientes están muy ansiosos por el futuro incierto que le espera a sus sueños y expectativas de vida.
El autor de “Parenting the New Teen in the Age of Anxiety”, explicó que los adolescentes de ahora, distinto a los de antes, sí se preocupan por su vida adulta, incluso los más chicos. Además de tener que lidiar con “una ansiedad social casi agobiante”.
“Ya sea por la falta de práctica tras un año con muy poco tiempo con amigos, o por la inseguridad social en general. Como resultado, experimentan el miedo a perderse algo con regularidad, y creen que sus amigos se divierten en TikTok y Snapchat, lo que aumenta sus niveles de estrés”, argumentó Duffy.
En una época donde abunda la desesperación, depresión y ansiedad, “los padres tienen la desafiante tarea de reconocer el estrés en sus hijos, por lo que pido estén atentos a los cambios en su estados de ánimo o comportamiento debido a la ansiedad y preocupación”, solicitó el especialista.
Razón por la que John recomienda a los padres con niños: irritables, evasivos, retraídos, desobedientes o que presentan síntomas como fatiga, dolor muscular y de cabeza, problemas estomacales o dificultad para dormir, conversar al respecto. Escuchando su opinión, llegando a la causa de la situación, mostrando curiosidad, comprendiéndolos sin exagerar, y dándoles a los hijos el tiempo y espacio para procesar lo que les sucede.
En la práctica, “guiar a los niños para que calmen su mente con meditación o respiraciones profundas, conversar con sus profesores sobre lo que les está pasando para que sean más empáticos, gestionar de la mejor forma posible nuestro propio stress como padres, y aplaudirlos o premiarlos por su capacidad y resistencia para sobrevivir a una pandemia única en el siglo”, finalizó el psicólogo.
