En una entrevista con revista Sábado, el exconvencional Daniel Stingo compartió las dificultades que enfrentó tras el triunfo del Rechazo en el plebiscito del proceso constituyente. A corazón abierto, el abogado abordó este difícil momento de su vida y reveló los ajustes que debió realizar para hacer frente a los problemas económicos tras su paso por la Convención.
“Yo no tenía canas antes de meterme a la Convención”, dijo de entrada Stingo, en alusión al estrés que experimentó durante el proceso constituyente, y seguido de ello reflexionó sobre las consecuencias del resultado del plebiscito: “He perdido por todos lados. Esto fue como inmolarse solo, ¿podrías decir que de huevón? Sí, podría ser”.
“Cuando terminó esto no tenía trabajo, no tenía nada”.
En esta línea, Daniel Stingo criticó la gestión del Gobierno en el proceso anterior, argumentando que “el gobierno de Gabriel Boric tendría que haber hecho eso y con mucha más fuerza, digamos. Él tendría que haber sido el capitán de esta cuestión. Y eso no se vio”.
Los ajustes en la vida de Daniel Stingo y su familia tras su paso por la Convención
Luego de destinar gran parte de sus recursos económicos a la campaña del Apruebo, Daniel Stingo tuvo que enfrentar duras complicaciones que lo obligaron a reducir algunos gastos y cambiar grandes aspectos del estilo de vida que llevaba su familia.
“Me quedé sin plata. Incluso debí recurrir a mi padre porque no tenía ni uno”, reconoció el abogado, agregando que no tuvo más opción que mudarse de la casa que arrendaba en Las Condes hacia una parcela en Buin, mientras aguardaban la disponibilidad de un departamento en La Reina que alquilaba.
“Así que cuando me dicen ‘ladrón’, por favor, anda a ver dónde vivo. Tengo el mismo auto de hace 20 años”.
En esta misma línea, enumeró otra serie de bienes y servicios que abandonó para reducir gastos: “Alarmas chao, cable chao, varias cosas que no necesitas al final del día”. Las medidas para hacer frente a la crisis involucraron hasta su propia mascota, que tuvo que despedirse de la paseadora que contrataban sus dueños:
“Antes teníamos una paseadora de perro, porque el perro es bastante grande, un border collie”, contó Daniel Stingo, evidenciando cómo tuvo que reducir gastos, incluso en los pequeños detalles.
