En un testimonio inspirador de resiliencia y creatividad, Katherine Chandía, una emprendedora de 29 años de la comuna de Curicó, convirtió una situación financiera difícil en un próspero negocio llamado “Radne”. Con cuatro años en el mundo del emprendimiento, la joven ha demostrado que, a pesar de los desafíos, el esfuerzo y la pasión pueden transformar cualquier adversidad en éxito.
La idea de “Radne” nació de la necesidad de superar problemas económicos causados por una estafa que dejó a Katherine endeudada. Así que con $3.000, decidió invertir el dinero en la creación de collares con conchitas, gamuza y terminales. Lo que comenzó como una simple iniciativa para solventar sus gastos rápidamente se convirtió en un próspero negocio.
“Me salieron tres collares: uno para mí y dos para vender. Los vendí a $2.500 c/u y con eso ya tenía $5.000 para volver a invertir. Así fui de a poquito teniendo el dinero para volver a comprar más insumos y todo lo que conlleva un negocio, como packing, regalitos”, recordó Katherine.
Con este sistema de reinvertir de inmediato lo ganado, la joven no vio ganancias hasta después de un tiempo, cuando por fin tuvo un capital que le permitiera moverse y recoger ganancias.
Así nació “Radne”, nombre de sirena que significa mejoramiento. “Cuando hice mis primeros collares, los hice de conchitas entonces asimilé las conchitas con playa, mar, sirenas”, explicó.
Si bien muchos emprendedores tiene miedo a la hora de comenzar su negocio, ese fue el caso de Katherine, quien no tuvo miedo de dedicarse por completo a la marca que estaba creando: “Para ser sincera, cuando yo comencé, jamás tuve miedos, ya que no dejé nada por crear ‘Radne’. Todo para mí era un experimento sin expectativas. Pero la respuesta de mis clientas fue inmediata y eso aumentó mi confianza y las ganas de crear todos los días”.
“Hubo un momento en el cual tuve que escoger entre mi trabajo de cajera en un súper o ‘Radne’, ya que en ese momento estaba en mi último año de U, entonces yo escogí ‘Radne’ sin dudar, por el crecimiento que tenía. Pero sí, mi mamá tuvo mucho miedo, no quería que yo dejara el súper. Aún así, seguí mi instinto y fue la mejor decisión”, recordó.
Actualmente, “Radne” tiene 55 mil seguidores en Instagram, 26 mil seguidores en TikTok y más de 385 mil likes en esta última red social. La clave de su negocio es estar interactuando constantemente con sus seguidores, dar tips sobre el cuidado de las joyas y hasta hacer bromas que hacen caer a más de uno, por ejemplo, que vendió 50 millones de pesos en un día gracias a una influencer. Pero quien llega al final del video, se da cuenta que Katherine dice que todo es una broma y que solo es otro de sus sueños.
Lo que sí es real es que vende a través de redes sociales y tiene una tienda física en Temuco. Las compras se pueden hacer a través de su página web donde tiene opciones de pago y envíos a través de distintos couriers.
El hate en redes sociales también afecta a emprendedores
Aunque uno puede tener la idea de que el hate en redes sociales le llega solo a influencer, Katherina ha vivido otra experiencia, ya que también ha recibido mensajes odiosos por su emprendimiento.
“Son muy pocas veces las cuales he pensado en renunciar a mi negocio y es porque tengo mucho trabajo. Pero ha habido ocasiones en que justo subo algún vídeo en TikTok que se viraliza y llegan algunos comentarios negativos. Eso me hace como querer detenerme y replantearme si lo estoy haciendo bien o lo estoy haciendo mal”, confesó.
La joven reconoce que “es tanto a veces el hate que a veces uno recibe en TikTok que por momentos he decidido cerrar la aplicación y después en un par de meses volver. Pero es un tema en el cual yo tengo que trabajar, porque no debe ser así. Pero sí, reconozco que el hate me desanima mucho, y lo peor es que ni siquiera viene de personas que son clientas”.
Pese a estos momentos ingratos que a veces le toca vivir, ser emprendedora también ha tenido gratificaciones. Por ejemplo, “trabajar con mi mamá y que juntas podamos crecer. Aunque al principio tuvo miedos, hoy en día es un pilar fundamental en mi negocio y amo cómo se ha empoderado y cómo ha crecido en muchos ámbitos”.
“Lo segundo gratificante son mis clientas. He visto tantas cosas lindas en este rubro que he quedado sin palabras de tanto amor que recibo a diario. Ver lo felices que son con sus pedidos, cuando me expresan lo importante que era para ellas comprarnos, o el sacrificio que hacen por venir de otras ciudades a comprarnos, es algo que me nutre y llena de amor”, agregó.
Mirando hacia el futuro, Katherine proyecta expandir “Radne” para ofrecer empleo y empoderamiento a más mujeres, ayudar a otras emprendedoras a crecer en sus negocios, establecer más puntos de venta en Chile y realizar envíos a nivel mundial y ¿por qué no? llegar a vender en un día 50 millones de pesos y que esta vez sea real.
