Ha sido uno de los casos más violentos que vive la región. Un crimen con muchas aristas que supera la ficción, ¿Qué hay detrás del crimen Collipulli?
Todo llegó a manos de la PDI y la Fiscalía de Collipulli a inicios de junio. Sin embargo, lo que era un confuso secuestro terminó siendo un caso mucho más complejo.
Y el rompecabezas sigue tomando forma. Eso gracias a los imputados, que en busca de beneficios futuros, han colaborado entregando a sus compañeros e información relevante para la investigación.
El jueves se entregaron los dos primeros. Durante la tarde de ese día cayeron cuatro más, luego el viernes se detuvo a cinco y durante este lunes se entregó el último. En total, 12 imputados.
Todos involucrados en una indagatoria que incluye dos secuestros violentos, torturas y un homicidio. Hechos que fueron revelados durante la audiencia de formalización que duró más de 7 horas.
La trama de lo sucedido en Collipulli
Los hechos comenzaron a desarrollarse desde el miércoles dos de junio. Nueve de los doce imputados se reunieron en la casa de uno de ellos en el sector Victoria Unida de la comuna de Collipulli.
¿El objetivo? Buscaban armar un plan para recuperar armas de fuego y marihuana que fue robada desde el predio de dos de los imputados.
Y todos sospechaban de un mecánico de iniciales E.A.A.M, de 28 años. Según expuso el fiscal regional de La Araucanía, Roberto Garrido, esta persona había trabajado días antes en el predio. Por lo que, los imputados acordaron interceptarlo y exigirle que devuelva las cosas robadas.
Mientras que uno llamó al mecánico con el pretexto de que arreglara uno de sus autos, otro lo fue a buscar a su casa para traerlo al terreno donde ocurrirían los hechos.
En cuanto llegaron, se desató el ataque.
La “violencia inusitada”
Según la fiscalía, lo golpearon con objetos contundentes y tras intentar escapar, lo golpearon hasta que cayó al suelo. Lo inmovilizaron y trasladaron hasta una bodega donde lo interrogaron sin éxito. Los golpes nunca cesaron.
Un hijo de una de las mujeres del grupo se hizo parte de los hechos en este momento, ya que participó -junto a otros sospechosos- en un nuevo traslado de la víctima. Ahora, los actos de tortura incluirían maniobras realizadas en un río.
En esta línea, el vocero de la Fiscalía de La Araucanía, Miguel Rojas, reconoció que se trata de hechos de “violencia inusitada“.
Una nueva víctima
La violencia no pararía hasta obtener respuestas. Durante los 3 días siguientes, los imputados construyeron un refugio, juntaron alimentos y mantuvieron secuestrada a la víctima. Aquí se sumó un nuevo imputado quien ayudó en la custodia del secuestrado.
Y para no levantar sospechas tras días “desaparecido”, los imputados obligaron al mecánico a mandar mensajes de voz vía Whatsapp a sus familiares.
El domingo 6 de junio, un nombre nuevo sonaba como el verdadero culpable del robo: una persona de 46 años de iniciales E.C.M.B. Así, según los investigadores, comenzó la captura de una nueva víctima.
Dos días después, con capuchas, armas y mucha violencia, los imputados secuestraron a su nuevo reo.
Sin embargo, las torturas escalaron de nivel. Desde el miércoles 9 hasta el viernes 11 de junio, las víctimas habrían sufrido de vejaciones sexuales. Sumado a azotes, golpes y maniobras en el río.
El escape
Durante la madrugada del sábado 12, el reo más joven vio una oportunidad y la aprovechó. Según el Ministerio Público, E.A.A.M logró sacarse las amarras y huyó corriendo a un terreno vecino donde pidió ayuda y llamó a Carabineros.
Al llegar, las lesiones de la víctima eran evidentes: graves heridas en cabeza, rostro, boca, espalda, tórax, brazos y piernas.
Pero la suerte de uno, fue la desgracia del otro. Los imputados al darse cuenta del escape, desataron su rabia con la otra víctima hasta provocarle la muerte. Finalmente, trataron de borrar las evidencias con ácido sin éxito, por lo que terminaron quemando los restos en una fogata y escondiendo todo lo ocupado en el secuestro.
Los detenidos en Collipulli
Cristopher Jara Fuentealba, Diego Mansilla-Villena Córdova, Stephany Pérez Ancalaf, María Adela Ancalaf Llaupe, Héctor Artigas Vásquez, Alexi Villa Carrasco, Bryan Ercoli Catrileo, Ricardo Aránguiz Genel, Guillermo Pérez Ancalaf y Mario Romero Nahuel, fueron formalizados por los delitos de secuestro agravado y secuestro con homicidio.
🔴 #secuestro @FISCALIA_IX exhibe en audiencia mensajes de comunicaciones de imputados con familiares de una de las víctimas e información de posionamiento de teléfonos celulares para desvirtuar coartada de una de las detenidas #Collipulli pic.twitter.com/MbNNAyqSJi
— Fiscalía Araucanía (@FISCALIA_IX) June 21, 2021
Por su parte, Jonathan Campos Hernández y Jonathan Abarcia Ancalaf fueron imputados por el supuesto ilícito de secuestro con homicidio y secuestro agravado, respectivamente.
Además a Jara y Mansilla-Villena se les sumó el delito por porte de armas y tráfico de drogas en pequeñas cantidades. Ya que, al momento de su detención se incautaron más de 170 gramos de cannabis, una balanza digital y más de un millón de pesos en efectivo. A Stephany Pérez, Villa y Ercoli, se les agregó el eventual delito por ley de armas.
¿Y qué pasó con las armas robadas?
En una primera instancia, se comentó que las armas robadas podrían estar vinculadas al homicidio del cabo de Carabineros Francisco Benavides. Sin embargo, no existe evidencia que sustente esta hipótesis.
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Incluso, los imputados que colaboran con la investigación señalaron cuales son las armas perdidas y no coinciden con las utilizadas en el homicidio del funcionario.
¿Entonces? Mientras que el sobreviviente insiste en nunca habérselas llevado, uno de los imputados declaró que una de las víctimas dijo que las había vendido. Claro que, podría ser una confesión inducida por la tortura.
Es decir, no existen hasta el momento respuestas certeras sobre el paradero de dichas armas.
