La Inteligencia Artificial (IA) ha abierto un mundo de posibilidades creativas en la edición de imágenes, permitiendo la transformación de fotos y la creación de imágenes con un aspecto completamente nuevo. Desde efectos de envejecimiento hasta cambios de estilo, las aplicaciones de IA han demostrado ser herramientas divertidas y populares en las redes sociales. Sin embargo, recientemente ha surgido una App tendencia que ha generado preocupaciones sobre la seguridad en línea: Transformar tus fotos en un “Anuario de los 90”.
La tendencia de la App que hace tu “Anuario de los 90” se ha convertido en un fenómeno viral en las redes sociales, especialmente en Estados Unidos y ahora en México. Con etiquetas como #YearBookChallenge o #Anuario90, muchas figuras públicas.
Lo más llamativo de esta tendencia es que permite a cualquier persona, dispuesta a pagar, transformar fotos de cualquier persona en imágenes al estilo de un anuario de los años 90. Incluso, el fanatismo de algunos ha llegado a tanto que han pagado para transformar las fotos de sus ídolos.
La aplicación detrás de esta tendencia se llama EPIK y es desarrollada por SNOW Corporation. Si bien realizar un anuario personalizado cuesta 3.99 euros, casi 4.000 pesos chilenos, se ha revelado que al unirse a esta tendencia, los usuarios están autorizando una amplia gama de acciones con sus rostros durante un período de hasta tres años.
Los peligros de usar al App del “Anuario de los 90”
Cuando los usuarios instalan la aplicación EPIK – Editor de fotos con IA, reciben una advertencia sobre el almacenamiento de datos. El mensaje inicial dice: “Bienvenido a EPIK. El uso de la aplicación está sujeto a las Condiciones de uso y la Política de privacidad. La aplicación también recopilará, almacenará y procesará su imagen facial para proporcionar funciones, contenidos y experiencias de edición. Eliminamos permanentemente toda esa información cuando el propósito inicial para recopilar los datos de imágenes faciales ya no exista o, si es anterior, dentro de los tres (3) años posteriores a la última interacción con nosotros”.
Es importante destacar que, al menos en un primer vistazo, no se especifica cuál es ese “propósito inicial de recopilación de datos de imágenes faciales”. Inmediatamente después, se presenta un texto extenso en inglés que detalla la forma en que se recopilarán los datos visuales.
El texto incluye cláusulas que consideran como contenido cualquier símbolo, letra, nota de voz, sonido, cara e imagen introducidos en la aplicación, y se pueden utilizar a través de dispositivos cruzados.
Aunque la compañía promete “hacer su mejor esfuerzo para proteger tu información personal”, no ofrece una garantía absoluta. Además, la política de privacidad de la compañía no se aplica a los sitios web enlazados al sitio web oficial.
En un mundo donde la seguridad en línea es una preocupación creciente, se recomienda encarecidamente a los usuarios que, antes de unirse a tendencias o utilizar nuevas aplicaciones, lean detenidamente las Condiciones de uso y la Política de privacidad.
Idealmente, deberían traducir al español todo el texto inicial antes de aceptarlo. Solo si están de acuerdo con los términos y las condiciones, deben proceder con el pago y cargar sus fotos en EPIK. En cuestión de segundos, podrán disfrutar de fotografías estilo anuario de los 90, pero siempre teniendo en cuenta los posibles riesgos que implica compartir datos personales y faciales en línea. La diversión no debe comprometer la privacidad y la seguridad en internet, así que mucho cuidado dónde subas tus fotos.
